Hola amig@s:
Como ya les había comentado hace unos días, la editorial Dreamspinner Press ha empezado a publicar novelas en español, italiano, alemán y francés. La selección de las novelas ha sido muy acertada ya que muchas de ellas han sido premiadas, con lo cual ninguna decepciona.
He tenido la oportunidad de poder leerlas y me gustaría compartir a partir de hoy mis impresiones con ustedes. Además los animo a que compren los libros, de esta manera ayudan a los autores a seguir con esta iniciativa y así poder disfrutar de buena lectura en nuestro propio idioma.
Mis calificaciones serán dos: una de la historia y otra de la traducción. La puntuación irá de 1 a 5 corazones ardientes jejejeje.
La novela que hoy les recomiendo es una novela que he leído hace un tiempo ya y de la que me enamoré perdidamente.
Esta historia es la primera de una serie de tres.
Amy Lane sabe llegar al corazón del lector de una manera conmovedora. La historia de amor de esta pareja es la típica historia de dos adolescentes, uno gay y uno heterosexual, pero la forma en la que se narra y se desarrolla la trama es tan conmovedora, romántica y sutil en cuanto al cambio de relación amistad-amor que engancha desde el primer momento.
Ambos personajes se ayudan mutuamente para superar sus miedos, sus dolores y su pasado y enfrentar juntos el futuro.
Calificación de la historia: 
Calificación de la traducción: 
Resumen:
Tate “Talker” Walker ha pasado la mayor parte de su vida ocultando sus cicatrices debajo de una fachada punk y no fue hasta que se sentó al lado de Brian Cooper en un autobús, que esa fachada dejó de funcionar.
Brian ha pasado toda su vida siendo el hombre invisible y está acostumbrado a ver más allá de la superficie. Ve en Talker a un ser humano frágil y carente de afecto.
Brian es heterosexual, pero Talker está desesperado por amor y cuando su comportamiento tiene consecuencias dolorosas, se ve forzado a salir del armario… de una forma dramática. Hará lo que sea para que Talker vea que él es el Príncipe Azul que siempre ha necesitado
Y para aquellos que quieren una probadita.... un fragmento de esta preciosa novela...
BRIAN tuvo una cita con Virginia la primera noche que Tate trató de tener relaciones sexuales. Recordaba esa… esa fecha.
Había tenido constantemente relaciones sexuales desde su último año de estudios en casa. Era un chico atractivo, lo sabía de una forma desapasionada. Cabello del color del trigo, ojos azules, pecas y una boca con una enorme sonrisa, entre esos atributos y su cuerpo, el cual estaba tonificado porque le gustaba el ejercicio y no porque quería una apariencia musculosa, las chicas lo habían seguido a la cama voluntariamente. Le gustaban las chicas, le gustaba complacerlas y era bastante bueno en la cama —y también era bastante bueno en el auto, cuando podía encontrar uno— pero todo era sin… sentido, sin pasión. No había arrebato o dedicación en el acto. Todo lo que había escuchado, el "más, más, más, dámelo" parecía estar ausente y sólo cuando comenzó a vivir con Tate, se dio cuenta del porqué.
Desde de mudarse con él, se había obsesionado con el pliegue del muslo de Tate, que iba desde su cadera hasta la entrepierna. Quizá porque las partes privadas de Tate estaban ocultas cada vez que salía de la ducha o se vestía, era ese lugar en particular… el que había capturado la atención de Brian de la manera más peculiar.
¿Su pene era largo? ¿Grueso? ¿Caía entre sus piernas después de la ducha? ¿Había cicatrices? Pobre bebé, ojalá no fuera ese el caso. ¿Había perforaciones? ¿Era el vello del mismo tono oscuro que el de su cabeza? Sin embargo, esa no era la única parte del cuerpo de Tate que había logrado capturar la atención de Brian. La pendiente de su espalda, la hendidura de su cintura, aquellos lunares pequeños y secretos sobre su hombro sin cicatrices… sin imaginárselo, Brian comenzó a pensar en todas estas cosas antes de quedarse dormido durante las noches. Soñaba con ellas y despertaba con una mano sobre su pene erecto y piel sudorosa, incapaz de discernir los detalles de los sueños que habían hecho que su corazón latiera con fuerza y su respiración se tornara errática.
BRIAN tuvo una cita con Virginia la primera noche que Tate trató de tener relaciones sexuales. Recordaba esa… esa fecha.
Había tenido constantemente relaciones sexuales desde su último año de estudios en casa. Era un chico atractivo, lo sabía de una forma desapasionada. Cabello del color del trigo, ojos azules, pecas y una boca con una enorme sonrisa, entre esos atributos y su cuerpo, el cual estaba tonificado porque le gustaba el ejercicio y no porque quería una apariencia musculosa, las chicas lo habían seguido a la cama voluntariamente. Le gustaban las chicas, le gustaba complacerlas y era bastante bueno en la cama —y también era bastante bueno en el auto, cuando podía encontrar uno— pero todo era sin… sentido, sin pasión. No había arrebato o dedicación en el acto. Todo lo que había escuchado, el "más, más, más, dámelo" parecía estar ausente y sólo cuando comenzó a vivir con Tate, se dio cuenta del porqué.
Desde de mudarse con él, se había obsesionado con el pliegue del muslo de Tate, que iba desde su cadera hasta la entrepierna. Quizá porque las partes privadas de Tate estaban ocultas cada vez que salía de la ducha o se vestía, era ese lugar en particular… el que había capturado la atención de Brian de la manera más peculiar.
¿Su pene era largo? ¿Grueso? ¿Caía entre sus piernas después de la ducha? ¿Había cicatrices? Pobre bebé, ojalá no fuera ese el caso. ¿Había perforaciones? ¿Era el vello del mismo tono oscuro que el de su cabeza? Sin embargo, esa no era la única parte del cuerpo de Tate que había logrado capturar la atención de Brian. La pendiente de su espalda, la hendidura de su cintura, aquellos lunares pequeños y secretos sobre su hombro sin cicatrices… sin imaginárselo, Brian comenzó a pensar en todas estas cosas antes de quedarse dormido durante las noches. Soñaba con ellas y despertaba con una mano sobre su pene erecto y piel sudorosa, incapaz de discernir los detalles de los sueños que habían hecho que su corazón latiera con fuerza y su respiración se tornara errática.
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